15 de novembre 2006

No me ralles Julia

Hoy regresa a nuestro canal autonómico el monstruo mediático galeicocatalan de cuyo nombre no puedo olvidarme. Digo que no puedo olvidarme porque parece como si la televisión pública catalana tuviera firmado una serie de contratos no escritos (o quizás sí) con algunos de los casi impuestos ilustres ciudadanos de Cataluña a los que con una periodicidad para mi gusto excesiva les brinda una cobertura a modo de recordatorio constante para que la plebe no podamos dejarlos de adorar y dejarlos de admirar. Sé perfectamente que con mis comentarios hacia esta pseudo pedorra/periodista no estoy practicando precisamente votos de amabilidad y de cariño pero es que no puedo resistirme. Este engreído, soberbio y exageradamente autosuficiente personaje me pone de los nervios. En primer lugar ese disfraz de casposa feminista que con fácil recurso abofetea la conciencia de cualquier hombre cuando, quizás, debería mirar la coherencia de alguno de sus actos antes que poner en cuestión comportamientos generales de determinado género que en la mayoría de los casos ya llevan décadas superados. Ya busqué en su día la versión femenina de la palabra misógino y no la encontré. Tiene razón esta ilustre ciudadana de acusar a toda la sociedad de machista sobre todo teniendo en cuenta que ni siquiera los catedráticos de la lengua han acertado a pensar en como definir a toda aquella que con discurso caduco bombardea sistemáticamente al género masculino.
Sea como sea la cuestión es que debemos pagar un impuesto revolucionario mediante nuestros impuestos de los cuales se nutre nuestro amado canal autonómico público para mantener en la cima de la popularidad a toda esta ristra de famosos, famosillos y cagabandurrias y así poder permanecer como siempre aburridos con sus gracias.
Lo dicho, bienvenida de nuevo.