23 de novembre 2006

Comer ante el televisor

"... mientras comemos vemos las noticias pero en fin, no dicen nada nuevo, nada destacable, sólo lo de siempre: la hambruna en países dirigidos por obesos dirigentes que se desplazan en pomposas limusinas, explotación laboral y prostitución infantil en " paraísos " sexuales, terrorismo ahora convertido en guerra santa, conflictos bélicos promovidos por incompetentes políticos que justifican la fuerza como sustitución del diálogo como principio básico de la política, bombardeos a población civil como recurso fácil de brillantes estrategias militares, disputas políticas donde la descalificación personal y el insulto se establece como norma, contratos híper millonarios de endiosados deportistas de élite, muertes por accidentes de tráfico al volante de coches que superan la barrera de los 200 Km./h, pedofilia clerical seudo consentida, desastres naturales, desastres no naturales ocasionados por la negligencia de algún mediocre, holocausticas limpiezas étnicas, violencia de género que criminaliza al género masculino, paro, inmigración no integrada, listas interminables de desigualdades sociales, abusos e inoperancia policial que nos reprime pero que no nos protege, campos de refugiados, insufrible apología del famoseo gratuito, breves apuntes culturales, casposidad, etc., etc.. Realmente pensando en frío, con la misma frialdad con la que atendemos una a una todas estas noticias, cuesta creer que el cuerpo pueda realizar una buena digestión del alimento que ingerimos ante el televisor que nos ofrece minuto a minuto hasta sumar treinta cada una de estas buenas nuevas. De nuevas tienen poco porque sólo cambian los escenarios mientras se mantienen las noticias. Al parecer la desgracia es lo suficientemente viajera para que se desplace alegremente entre continente y continente aunque en algunos parece cebarse exageradamente, algo que te lleva pensar que quizás Dios realizó tal esfuerzo en la creación que cometió el error tan humano de olvidarse de determinadas partes del mundo."

Nota: extracto de mi libro "reproches inválidos"