26 de desembre 2007

Sobrevivir a la Navidad

Casi no lo explico. Once días en el hospital por una insuficiencia respiratoria, seguramente la primera de muchas otras. Me quedé mudo y cagado de miedo pero no por morir sino por sufrir. ¿Pero para qué explicaros penas que no quereís oir?
Hablemos de la Navidad. ODIO la Navidad, tiempo de falsedad, incontables hipocresías, enormes sacos repletos de besos de Judas (según los evangelios oficiales) y encuentros de familias desestructuradas que disimulan su propio hundimiento y sus propias miserias. Este año empujado por la sospecha de que quizás sea mi última Navidad hemos dicho ¡¡¡BASTA!!! y hemos mandado a tomar por culo tanta tradición que tanta incomodidad provoca.
De todas formas, apreciados y anónimos lectores, no os invito a compartir mis desinividos sentimientos así que los que todavía tengaís fe en el espíritu de la Navidad que lo disfruteís.