25 de juliol 2010

Desafección

Curiosa palabra durante años desconocida y que tan de moda por estos tiempos se impone. Es una forma correcta o un eufemismo original para decir que "estamos hasta los huevos". ¿Y de qué? Se preguntarán algunos.

De corruptos, corruptelas, saqueadores, incompetentes, mediocres, ególatras, ansiosos de poder, salvadores de la patria, mandíbulas testosterónicas que se autoproclaman líderes de liderazgos, amantes del buen vivir, conservadores de privilegios, etc. (nunca el etc. tuvo tanta razón de existir). Por muchas vueltas que le demos siempre vamos a parar a una "clase" política que insiste una y otra vez en decir que son los representantes legítimos de ¡¡¡nosotros!!!

Perdonen pero ¡NO! Y digo que no porque cuesta creer que al frente de muchas cosas no haya gente capaz de ofrecer resultados como mínimo aceptables, porque lo contrario sería creer que el mundo, la vida y la sociedad evoluciona sola, por generación espontánea y que las diferencias entre hemisferios, entre el norte y el sur es meramente una cuestión geográfica.

¿Pero cuál es el problema?, O mejor dicho ¿cuál es nuestro problema? Pues tan sencillo como no tener las herramientas como para "echar" literalmente de ese sistema a todo aquel que quede englobado en las sospechas que a diario se generan de todo aquello que nos provoca "estar hasta los huevos". Nuestro sistema electoral no lo permite, el voto en blanco es simplemente un acto testimonial que por la gracia de la ley de Hont que lo rige favorece a las opciones mayoritarias, es decir, con el voto en blanco ayudamos a fortalecer aún más a las listas más votadas. Y nos queda la abstención que en pocas palabras sería como decir "a esto no juego" dejando en manos de los demás la elección de quién ocupará nuestra representatividad que tanto de forma directa como indirecta, nosotros mismos, sin querer jugar, deberemos de costear. Porque el sistema no está blindado con un mínimo de participación que pudiera considerar ilegítimas cualquier convocatoria electoral que no cumpliera con ese mínimo. Dicho de otra manera, con que sólo fueran a votar los mismos que aparecen en las papeletas de voto el sistema se daría por válido. De ahí la dificultad o el poco deseo e interés de los partidos políticos en modificar las leyes electorales que pudieran dejar vacíos tantos escaños como los que corresponderían a los votos en blanco que en su razón de ser expresaría una simple afirmación: "ninguno de vosotros me representa".

Y no digamos ya lo de abrir las listas electorales. Puede darse el caso que como en otras muchas cosas ciertos ideales estén muy por encima de las personas que dicen representarlos. Vemos el paso de los años, pero también las mismas caras en los escaños sin que nos den la opción de decir: "éste no nos gusta así que por favor saquémoslo de ahí".

En una sociedad que parece estar cada día más apoltronada pasa el tiempo y a diario se destapan alcantarillas y cubos repletos de mierda y mierda y nada podemos hacer. Sólo contemplar atónitos las difusas reacciones de unos y otros que se limitan a esconderse en lúgubres rincones para que el tiempo provoque nuestro olvido y vuelvan a resurgir de sus propias suciedades.

¿Desafección? Que rico es el castellano que permite encontrar tan culta palabra para decir cosas tan sencillas.


24 de juliol 2010

Otra recomendada

Últimamente cuesta que una película te sorprenda, o bien por el tema, por el guión o por la realización. Ésta sorprende por varias cosas. En primer lugar por el cuidado que han tenido al tratar algo tan sensible como cualquier enfermedad. Los diálogos son muy interesantes y pueden invitar a la reflexión. Como crítica tal vez un final demasiado "Made in USA" pero por venir de ellos lo podemos permitir. Cuesta también encajar a la “pedorra” de la Cameron Díaz interpretando su papel pero si haces el esfuerzo de disociar algunas imágenes suyas anteriores puedes aprobar su interpretación. Difícil pero posible. Muy bien para el resto, especialmente para las chicas.

15 de juliol 2010

Somniem

Aquesta cançó la va escriure Lluis Llach a l'any 79. Com va dir ell el dissabte passat a la manifestació al Passeig de Gràcia "n'estic fins els collons de que lletres que vaig fer fa 30 anys encara estiguin vigents".

També poso la traducció al castellà per si algú no l'enten o no vol entendre-la.

http://www.goear.com/listen/6a38f74/somniem-lluís-llach

SOMNIEU.
És clar que sí, somniem constantment.
ESPEREU MASSA.
És clar que sí, hem après a esperar i ho esperem tot.
VOLEU MASSA.
És clar que sí, volem massa, més, tot, àvidament.
TENIU MASSA PRESSA.
Sí, és clar que sí, caminar, arribar, recomençar, tenim pressa, molta pressa.

SOMNIEU.
Sí inevitablement, el somni d’avui com possibilitat del demà.
ESPEREU MASSA.
És clar que sí, i no ens fa cap vergonya ésser esclaus de l’esperança.
VOLEU MASSA.
És clar que sí, és el nostre dret rabiós, i encara més el nostre deure.
EXIGIU.
És clar que sí, apassionadament o amb tristesa.

I tanmateix,
i tanmateix, millor així,
millor un poble que es mou,
encara que, a vegades, precipitat,
encara que, a vegades, massa prudent,
encara que, a vegades, brut, baix, rastrer,
encara que, a vegades, sublim,
millor així, amb tota la seva condició humana, estranya i senzilla;
millor així, que no un ramat de xais sotmès al càlcul dels ordenadors d’interessos.
Per això, que ningú no s’avergonyeixi de dir, que ningú no s’avergonyeixi de cridar:
somniem, sí, constantment, somniem sense límits en els somnis,
somniem fins l’inimaginable.
Somniem sempre,
i ho esperem tot, hem après l’art d’esperar, aquest art d’esperar
en nits interminables d’impotència; sabem esperar i ho esperem tot, tot,
i ho volem tot, volem l’impossible per a arribar al possible,
volem el possible per a arribar a l’impossible;
millor així, amb tota la seva condició humana, estranya i senzilla;
millor així, que no un ramat de xais sotmesos al càlcul dels ordenadors d’interessos;
per això, si mai ens diuen, si mai ens gosen dir...

SOMNIEU.
És clar que sí! constantment, somniem sempre.
Si en dieu: ESPEREU MASSA.
És clar que sí, hem après a esperar, i ho esperem tot.
Si ens dieu: VOLEU MASSA.
És clar que sí, volem massa, més i tot, àvidament.
Si ens dieu: TENIU MASSA PRESSA.
És clar que sí, caminar, arribar, recomençar, sí, tenim pressa.




SOÑAMOS
(SOMNIEM)


SOÑÁIS.
Pues sí, claro, soñamos constantemente.
ESPERÁIS DEMASIADO.
Pues sí, claro, hemos aprendido a esperar y lo esperamos todo.
QUERÉIS DEMASIADO.
Pues sí, claro, queremos demasiado, más, todo, ávidamente.
TENÉIS DEMASIADA PRISA.
Pues sí, claro, caminar, llegar, recomenzar, tenemos prisa, mucha prisa.

SOÑÁIS.
Sí, inevitablemente. El sueño de hoy como posibilidad del mañana.
ESPERÁIS DEMASIADO.
Pues sí, claro, y no nos avergüenza ser esclavos de la esperanza.
QUERÉIS DEMASIADO.
Pues sí, claro, es nuestro rabioso derecho, y más aun nuestro deber.
EXIGÍS.
Pues sí, claro, apasionadamente o con tristeza.

Y de todos modos,
y de todos modos mejor así,
mejor un pueblo que se mueve
aunque a veces precipitado,
aunque a veces demasiado prudente,
aunque a veces sucio, bajo, rastrero,
aunque a veces sublime,
mejor así, con toda su condición humana, extraña y sencilla;
mejor así, que un rebaño de corderos sometido al cálculo de los ordenadores de intereses.
Por ello, nadie debe avergonzarse de decir, nadie debe avergonzarse de gritar:
soñamos, sí, constantemente, soñamos sin límites en los sueños,
soñamos hasta lo inimaginable.
Soñamos siempre
y lo esperamos todo, hemos aprendido el arte de esperar, el arte de esperar
en noches interminables de impotencia; sabemos esperar y lo esperamos todo, todo,
y lo queremos todo, queremos lo imposible para llegar a lo posible,
queremos lo posible para llegar a lo imposible;
mejor así, con toda la condición humana, extraña y sencilla;
mejor así, que un rebaño de corderos sometidos al cálculo de los ordenadores de intereses;
por ello; si alguna vez nos dicen, si alguna vez se atreven a decirnos...

SOÑÁIS.
¡Pues sí, claro! constantemente, soñamos siempre.
Si nos decís: ESPERÁIS DEMASIADO.
Pues sí, claro, hemos aprendido a esperar, y lo esperamos todo.
Si nos decís: QUERÉIS DEMASIADO.
Pues sí, claro, queremos demasiado, y aún más, ávidamente.
Si nos decís: TENÉIS DEMASIADA PRISA.
Pues sí, claro, caminar, llegar, recomenzar, sí, tenemos prisa.

13 de juliol 2010

Sitges 2010

Què xungo aquest cartell del Festival. Aquesta és una d'aquelles pel·lícules que mai he pogut veure sencera. Sóc un cagat.

11 de juliol 2010

Som una nació

Soy catalán y me siento hoy más orgulloso que nunca de serlo. Sí, es verdad soy catalán de segunda generación, pero ahí precisamente reside la grandeza de esta tierra que consigue que los recién llegados se integren hasta el punto de hacer suya la tierra que pisan y nos sintamos arraigados a ella hasta el punto de quererla defender. Ayer, más de 1 millón de catalanes, que lo somos todos aquellos que queremos serlo, salimos a la calle a dejar constancia de que hemos decidido ser una nación y que ese sentimiento no habrá nadie que consiga doblegarlo o derrumbarlo. Salimos a protestar contra una sentencia que atentaba a los pilares más básicos de cualquier sistema democrático del Estatuto de Autonomía y que al margen de cualquier otra consideración era simplemente un pacto de convivencia con un Estado que se resiste a entendernos y que nos empuja con su actitud al vértigo de la independencia. El pueblo está preparado para ello. Me siento orgulloso de mis compatriotas pero avergonzado de nuestra clase política que divaga y divaga. Unos, atenazados por dependencias externas, otros empeñados en autoproclamarse líderes de la patria con ambigüedades cansinas, otros empeñados en fraccionarse en diminutas partículas para que se disuelvan los votos y la posibilidad de aunar mayorías para ese destino final que claramente se convierte en la independencia. Pero sobre todo, por encima de todo, quiero declarar mi repugnancia hacia un Partido Popular que desde siempre ha fomentado el odio entre los distintos pueblos de España, único responsable de todos los desencuentros y único responsable de la situación en la que nos encontramos.

Ahora la responsabilidad de nuestros políticos es la de gestionar la fuerza real de este millón de personas, de sus esperanzas, de sus expectativas y de no crear más frustraciones. La mayoría, es verdad, no queríamos llegar hasta este punto pero la fuerza centrífuga de los que no nos quieren lo hace inevitable. No corren tiempos para el sometimiento.

Foto: captura de la emisión de la Televisió de Catalunya


04 de juliol 2010

Un caso más

He leído este artículo y me invade la pena y también la duda. Sigue indignándome la inconcreción, la falta de un camino claro y seguro y que, sobre todo, no implique a nadie una decisión que en otros casos sería absolutamente unilateral y propia. Y ahí reside la gran parte de la trampa ya que de una forma consciente o inconsciente dejamos atrás la posibilidad de no tener que implicar a nadie más en poner fin a una situación que con pleno conocimiento se adivina como dolorosa. Y digo trampa porque siempre apuramos un poco más, siempre nos marcamos un nuevo límite de resistencia porque en realidad nadie quiere morir y sólo el sufrimiento más extremo tanto físico como mental nos hace abandonar la lucha. Se equivoca el que piense que tomar la decisión de decir "basta" es fácil, trivial, frívola, y con la supuesta gran losa intelectual de estar en contra de cualquier ordenamiento moral o religioso que generalmente nada tiene que ver con nuestras propias vidas y el devenir del tiempo. Estamos atrapados por la más mínima partícula de cariño que alguien nos tiene, por el más mínimo incentivo visual o por la más sutil de las caricias que todavía alguien se digna a darnos. Sé de lo que hablo, sé los sentidos que he perdido, los que estoy perdiendo y los que perderé e intento justificar cada momento de resistencia de toda una inacabable lista de dolores e inconveniencias porque no quiero morir todavía, pero acabo por preguntarme si no soy un cobarde por no tomar la decisión final. No lo sé, a veces pienso que la necesidad de regular la eutanasia simplemente serviría para que no pudiéramos ni siquiera pensar que los obstáculos presumibles al tomar la decisión final serían, tal vez, igual o más dolorosos que el dolor que nos empuja a decir "basta".

http://www.elpais.com/articulo/reportajes/vida/nadie/deberia/vivirla/elpepusocdmg/20100704elpdmgrep_1/Tes