30 d’octubre 2008

Se acabó.



Lástima que terminó, el festival de...
La verdad es que ha sido una temporada algo rara para los aficionados del motociclismo. Por una parte el sentimiento patrio nos hace sentir un tanto tristes por no haber conseguido ningún título mundial en este 2008, pero, en especial, a los seguidores de nuestro amigo Dani que sumamos un diminuto plus de decepción ya que esperábamos que por fin se acercaría con serias posibilidades a conseguir su primer título de Moto GP. La decepción quisiera que no se entendiera como un reproche sino como una contrariedad de que no se haya podido proclamar Campeón del Mundo. Lo único reprochable hacia Dani es que quizás debido a sus múltiples problemas de sus múltiples condicionantes se le haya visto excesivamente serio y como si no estuviera disfrutando de aquello que hace. De todas formas 11 podios a diferentes alturas no es ni mucho menos un bagaje desdeñable. Por otra parte y para ser justos reconocer que una vez más Rossi se ha mostrado como el mejor piloto de motos de todos los tiempos, y no sólo se ha mostrado sino que lo ha demostrado. Lo mejor de toda la temporada el adelantamiento que Rossi le hizo a Stoner en el sacacorchos de Laguna Seca y el pique que mantuvieron toda la carrera. A destacar también a favor de Rossi es que ha podido ser Campeón del Mundo sin recurrir a la mala educación y manteniendo su eterna sonrisa y positividad. En las demás categorías deberíamos destacar auténticos carrerones tanto en 250 como en 125 cm³. Lástima de la lesión de Barberá y de las innumerables caídas de Márquez que con sólo 15 años apunta buenas maneras. Así que... pronto volverán, las diversiones, Porky, Porky, nuestro rey, favorito, sin igual.

26 d’octubre 2008

Desproporción

3.000.000.000.000 de $ para financiar la guerra de Irak. Dinero invertido para tal menester y que cada día que pasa aumenta en cantidad.

3.000.000.000.000 de € para salvaguardar el sistema financiero (para salvar los bancos). Dinero reservado y que muchos nos preguntamos de donde saldrá, pero que seguro acabará incrementándose respecto a las previsiones de forma desmesurada.

3.000.000.000 de € para solucionar la hambruna de 19.000.000 de personas. Dinero que nunca se usará para solucionar ni éste ni cualquier otro problema global. De hecho la cifra es fruto de un cálculo aproximativo precisamente para que entendamos cuál es la desproporción y el interés de aquellos que nos gobiernan por solucionar problemas reales.

14 d’octubre 2008

Globalización


Hoy, por primera vez, he empezado a entender el alcance real de eso que llaman "globalización". Con un gesto tan sencillo como el de comprarme tres camisetas he averiguado a que nos conducen ciertas cosas. Dos de las camisetas eran de una marca de titularidad norteamericana pero que curiosamente una estaba fabricada en Turquía (el menor de los males ya que algún día serán europeos) y otra en la India. Ahora bien el caso más paradigmático ha sido cuando al mirar la etiqueta de la tercera camiseta comprada he descubierto que ésta estaba fabricada en Bangladesh y, claro, todos podíamos pensar que esto es de lo más normal. Pero no, la camiseta es de una conocida marca pamplonica cuyo nombre significa "beso de pulga" y la verdad es que me he deprimido bastante. Con el simple gesto he descubierto que la globalización no consiste en repartir la riqueza por todo el mundo sino todo lo contrario, repartir la pobreza por todas partes. Porque en un principio podíamos tener la tentación de que nuestra conciencia intentara evitar en la medida de lo posible y mediante la compra responsable adquirir productos fabricados en países teóricamente subdesarrollados y que asociamos de manera automática con la explotación infantil o con la explotación de trabajadores sin ningún tipo de derechos sociales o laborales. Ahora bien tal negación implicaría que su pobreza se multiplicara exponencialmente acorde con el paso del tiempo por lo que la teoría de la compra responsable, que consistiría en adquirir productos de fabricación nacional, al margen del consiguiente y teórico mayor agujero en nuestro bolsillo, algo que por otra parte deberíamos de demostrar, podría representar un gesto poco solidario. Ahora bien la teoría nos dice que deslocalizar toda la industria de nuestro país buscando productores que básicamente consiguen rentabilidad a base de reducir al máximo los costes laborales sólo sirve para que el empresario obtenga mayores beneficios y a la vez destruye lenta y progresivamente el tejido industrial de nuestro país y que conlleva a que el trabajador nacional automáticamente e irremediablemente sea cada vez más pobre y por lo tanto nos igualemos con aquellos países que ahora fabrican las camisetas que antiguamente fabricábamos nosotros (a esto otros le llaman mejora de la competitividad). Por lo tanto, la pobreza se reparte mientras que la diferencia entre ricos y pobres en los países que se etiquetan como ricos se incrementa a una velocidad apreciable.
No obstante el sistema a la larga tenderá a autodestruirse porque llegará aquel día en el que los de aquí seremos tan iguales que los de allí que no tendremos ni para comprar esas camisetas que los de allí están fabricando, por lo que los de allí tampoco tendrán razón de existir ya que ¿para qué fabricar camisetas que nadie puede comprar?, por lo que el empresario tampoco podrá subsistir si su producto nadie lo puede comprar. Reconozco que exagero pero la exageración está fundada al ver cómo gobiernos de izquierdas financian y avalan a la banca y como gobiernos conservadores nacionalizan bancos y aseguradoras como así proclama el comunismo más exacerbado. Todo parece haberse vuelto loco.

06 d’octubre 2008

CRISIS



Menuda la que está cayendo. Está llegando un punto en el que incluso me pregunto si los cuatro euros que tenemos ahorrados estarán seguros en nuestra entidad bancaria de toda la vida. Con estas mismas dudas se lo cuestioné al empleado de la oficina con quien tratamos normalmente, y claro está, éste respondió que nuestros ahorrillos no corrían ningún tipo de peligro. Qué otra cosa podía esperar que dijera. Ahora bien y partiendo de la base que estamos ante una crisis galopante y de inciertas proporciones, pese a que nuestro Presidente se resista a pronunciar la palabrita, ignorante como soy de tan elevados temas sigo teniendo muchas preguntas que nadie, inclusive el batallón de opinadores televisivos que de todo saben y que cada día aparecen en los medios, son capaces de responder con claridad. Partiendo de la base que el mercado inmobiliario ha multiplicado entre 10 y 15 veces el valor de sus productos en aproximadamente 25 años, la resultante clara de esta multiplicación es que todo un buen número de elementos deben haberse enriquecido con tanta especulación. Si a esto le añadimos que los resultados de las entidades bancarias, año tras año, han visto también multiplicados sus beneficios anunciando a bombo y platillo los porcentajes en los que éstos se incrementaban , casi podía resolverse la primera pregunta que interiormente me formulo: ¿dónde está todo el dinero que parece ahora haber desaparecido? La respuesta parecería lógica ya que todos empezaríamos por decir que el dinero está en los bancos, en líquido o en forma de hipotecas. Pero parece que, según ellos, esto no es así y ahora entre todos, pese a deberles ahora ya por entero nuestras vidas, deberemos sufragar las pérdidas de su mala gestión y de su usura permanente. Esto es una auténtica locura. Los nada más ni nada menos que 700.000 millones de dólares que el gobierno americano empleará para sanear el sistema privado bancario tengo claro que no irán a parar en manos de aquel que no puede pagar las hipotecas sino a manos de aquellas empresas que hicieron trampas jugando al solitario. Y es que al final en Europa me da a mí la sensación, de que acabaremos haciendo lo mismo, y claro, alguien tendrá que pagar otra vez esos 700.000 millones de dólares y los miles de millones de euros que aquí se emplearán para hacer lo mismo. La pregunta sigue en el aire; ¿dónde está el dinero? Tal vez esté enterrado en el jardín de algunos promotores inmobiliarios, como el reciente caso de aquella ex–consejera del gobierno PoPular de las Islas Baleares que tenía enterrados en una tristísima lata de galletas 240.000 € procedentes de fraudulentas comisiones.
En fin, como decía Einstein, la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, y parece que el dinero tiene una ley física similar, ni se crea ni se destruye, sólo cambia de manos. Ahora aparecen las multinacionales que aprovechando el embrollo solicitan faraónicos expedientes de regulación de empleo, amenazan con deslocalizaciones, mientras que las patronales piden a gritos el abaratamiento del despido para que al final pague la incompetencia y la mediocridad de muchos el de siempre, el que menos puede.