10 de maig 2007

Los putos amos

No, no señores, éste no es un título de una canción de rap, es simplemente la constatación de un hecho más que evidente. ¿Por qué ?, ostras, con esta pregunta me parezco a la Nuria Terribas empezando su informativo nocturno pero como que también los medios de comunicación se dedican a lo políticamente correcto quizás ella no tuviera contestación del porqué del título de este apunte. La cuestión es que siete meses después de las pertinentes elecciones y de que los votantes socialistas tuviéramos que comernos con patatas a un candidato aburrido y lineal reaparece de las profundidades nuestro amado Pascual con sus maragalladas que casi no nos ha dado tiempo de olvidar. Aparece diciendo aquello que cualquier persona por poco que se hubiera esforzado en observar ya sabía; que ZP presuntamente puede llegar a resultar más falso que un duro sevillano y que su larga sombra se expande incluso hasta nuestras latitudes. De todo, quizás, lo que más duele es la evidencia de que los socialistas catalanes no somos tan independientes y autónomos como muchos no se cansan en repetir y que la supeditación a la casa madre española lo es de una forma para muchos molesta. Sigo preguntándome si uno puede ser socialista y a la vez nacionalista e incluso separatista y pese a que no paran de insinuarnos que ambas cosas son incompatibles y sobre todo que el progresismo es enemigo del nacionalismo más acérrimo mis dudas no paran de aumentar al ver que el deseo de las Españas es ver a Catalunya a poder ser sin catalanes, quiero decir, poblada de ciudadanos que ante todo se sientan españoles con todo lo que ello conlleva. Pero la evidencia es tenaz, tanto que cada vez más nos cuesta identificarnos con el resto de los españoles que tanto parecen odiarnos simplemente por el hecho de ser diferentes. Porque al final uno tiene que claudicar y entender que realmente lo somos aunque sólo sea por cuestiones ínfimas de matices de como pensamos, de como trabajamos y del idioma que hablamos. Así que no queda otro remedio que autoreinvindicarse y declararme socialista, progresista, catalanista, y a un paso del independentismo, porque todo es conjugable y los conceptos nada tienen que ver con las disciplinas de partidos que al final dependen sólo de una cabeza pensante más o menos capaz.
A Pascual sólo reprocharle que la mentira no está ni siquiera justificada en política, ni las grandes mentiras ni las pequeñas mentiras porque lo quiera él o no nos mintió, nos mintió al negar la evidencia de que estaba siendo vendido por los suyos, de que sigue vendido por los suyos a la vez que él nos vende a nosotros con su mentira. Es escandaloso ver como aquellos que tanto lo adoraban ahora reniegan incluso de nombrarlo en público hasta el punto de molestarse por el hecho de que un programa televisivo de humor se alimente de estas mismas circunstancias. Y es que la clase política está tan distante de nosotros que se sienten y actúan como esa expresión que tanto utilizan los cantantes de rap.