
Así que ante la falta de unanimidad de criterios por parte de los expertos sobre este avance científico tengo el gusto de presentarles mi propia teoría al respecto mostrándoles mediante la imagen que encabeza este apunte el indiscutible y único "acelerador de partículas". Y es que nadie podrá negar que ante semejante espectáculo a casi todos se nos aceleran partículas indeterminadas alojadas en puntos indeterminados de nuestro cerebro que despiertan enzimas, aumentan el riego sanguíneo y ponen en pleno rendimiento nuestro delicado sistema mononeuronal. Este "acelerador" puede presentar miles de formas y aspectos diferentes aunque como cualquier científico intentaré describir una serie de criterios básicos sobre la cual sustentar una teórica perfección, reconociendo antes de nada que ésta es una mera cuestión de género y en especial de opción sexual.
Debe ser (de hecho así lo es sobre el cual me inspiro) amplio, generoso de tamaño pero sin excesos, terso y suave pero a la vez de dureza consistente y de redondeces exquisitas que con su sola imagen ya sea capaz de poner en funcionamiento enigmáticas reacciones. Como puede observarse en la imagen está formado por dos hemisferios inclasificables en coordenadas geodésicas ya que en función de las preferencias de su portadora puede adoptar diferentes planos en el espacio. Ambos hemisferios están separados por una sugerente grieta que esconde un particular agujero negro por el que la materia se desliza bidireccionalmente.
Seguir con la descripción y con toda la clase de experimentos que podíamos realizar con tan singular "acelerador" no sería, por decirlo de alguna manera, elegante así que con absoluta seguridad cada cual podrá imaginarse el infinito número de usos que se le pueda dar.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada