04 de maig 2008

Insulto


Tendríamos que echar mano del diccionario para definir correctamente el concepto literal de "insulto", pero para la mayoría el insulto consistiría en usar un adjetivo calificativo soez, contundente y excesivo y que generalmente se aparta de la realidad implícita del que a quien va dirigido el improperio. Digo esto porque las palabras tienen el significado que tienen y por lo general están bien definidas en los diccionarios aunque en su uso pueden ser utilizadas con fines que nada tienen que ver con su verdadero sentido. ¿Cuestión de semántica? Digamos que a mi entender cuando propinamos un insulto básicamente intentamos ofender, molestar de la mayor manera posible a quien va dirigido el mismo. Hay quien dice que las verdades ofenden, siempre que éstas sean ofensivas desde el punto de vista del interés general, es decir, cuando se hace pública una verdad que no interesa que se sepa o que daña la imagen del protagonista con esa verdad hecha pública. Por lo contrario el insulto en muchas ocasiones viene acompañado de esta componente de falsedad que ofende a quien lo escucha y que casi por instinto humano es difícil controlar la reacción, ya que lo más normal sería no sentirse molesto por unas palabras o por unos adjetivos que nada tienen que ver con nosotros ni con nuestros comportamientos ni con nuestra realidad. Lo curioso es que en la mayoría de las ocasiones acostumbra a pasar que el que insulta está más irritado que el insultado después de escuchar el "piropo" así podremos establecer que el insulto es una forma figurada de violencia del que insulta. No siempre es así, el insulto también puede ser un sibilino lanzamiento de puñal contra nuestra víctima aunque también una válvula de escape del descerebrado que no encuentra ningún otro argumento que la ofensa. Estamos ante la curiosa paradoja de que tanto la verdad como la mentira pueden llegar a ofender. Digo esto porque tendríamos un problema si realmente existieran tantos hijos de puta como los que en un momento u otro de nuestra vida hemos sido calificados con esa categoría. Bueno, digo problema o no, porque todo es relativo y depende de cada cual ya que quizás existiría quien no se sentiría molesto por determinada profesión ejercida por su madre. Ahora bien, el error sería confundir insulto con una crítica comedida y respetuosa, con preaviso, es decir, meditada y anunciando el momento exacto en el que se va a realizar. Hay actos, palabras, determinaciones, posicionamientos, ideales, que pueden ofender o insultar la inteligencia de quien los padece, oye, observa e incluso lucha contra ellos, pero eso no hay diccionario que lo catalogue ni vara de medir que lo mesure.