
Hablemos de la Navidad. ODIO la Navidad, tiempo de falsedad, incontables hipocresías, enormes sacos repletos de besos de Judas (según los evangelios oficiales) y encuentros de familias desestructuradas que disimulan su propio hundimiento y sus propias miserias. Este año empujado por la sospecha de que quizás sea mi última Navidad hemos dicho ¡¡¡BASTA!!! y hemos mandado a tomar por culo tanta tradición que tanta incomodidad provoca.
De todas formas, apreciados y anónimos lectores, no os invito a compartir mis desinividos sentimientos así que los que todavía tengaís fe en el espíritu de la Navidad que lo disfruteís.